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El edificio actualmente conocido como Palacio Palmela está ubicado en una propiedad junto a la antigua Fábrica de Sedas, que fue límite de los terrenos antaño pertenecientes al Noviciado de Cotovia.

La propiedad tiene la forma de un triángulo definido por el chafariz de Rato, por la Rua do Salitre y por la antigua Rua Direita da Fábrica das Sedas, actualmente, Rua da Escola Politécnica. Está rodeada por una muralla de considerable altura, que sirve de muro de contención, debido al desnivel existente entre el jardín y las dos vías que la limitan. Esta muralla, revestida por completo de piedra lioz y coronada por una balaustrada interrumpida a intervalos por plintos que sostienen urnas de cerámica, se integra armoniosamente con el chafariz, construido dos siglos antes con el mismo tipo de piedra. Un sencillo muro separa el jardín, situado al este, de los huertos contiguos. Su sencillez contrasta con el resto de la cerca.dade é cercada por uma muralha, de altura considerável (que tem por função suster os terrenos, dada a diferença de cotas entre o jardim e aquelas duas artérias), inteiramente revestida de pedra lioz e coroada por uma balaustrada interrompida a espaços por plintos, que sustentam urnas em cerâmica.

En este perímetro, además del Palacio, hay varias construcciones más.

Al norte se encuentra el taller de la duquesa Maria Luísa, de aspecto rústico y reminiscencias nórdicas, debido al revestimiento exterior, que simula un ensamblado de vigas de madera.

A finales del siglo XIX, aquí se fabricaba la loza conocida con el nombre de «Ratinho», en alusión a la proximidad con la histórica fábrica de Rato.

En las proximidades del estudio, existen dos pequeñas construcciones con el mismo aspecto rústico. Eventualmente ha funcionado como palomar y caseta de herramientas de jardineira.

Por encima de la barrera, en el ángulo oeste, frente a la Fábrica de las Sedas, se levanta un pequeño pabellón de estilo inglés que, según la tradición portuguesa, sirve de mirador. 

El Palacio, de planta cuadrangular, se encuentra ubicado junto a la Rua da Escola Politécnica, de modo que su fachada principal se integra en el propio límite de la propiedad, permitiendo el acceso a partir de la planta baja. Esto le da la apariencia de un edificio urbano, que contrasta fuertemente con la perspectiva desde el jardín, no solo por el entorno, sino también por los alzados, que tienen menor altura — la entrada por aquí se hace por el primer piso o por el entresuelo.

El edificio se destaca del entorno urbano por la discreta exhibición de su revestimiento íntegro de caliza blanca y rosa, algo inusual en la ciudad de Lisboa. Los alzados se dividen en tres áreas. 

En la fachada principal, el primero está compuesto por la planta baja, cuya altura libre es igual a la altura de la cerca, y por el entresuelo. Con un revestimiento uniforme e idéntico al de la muralla del jardín, constituido por baldosas biseladas de piedra lioz que forman almohadas continuas — lo que les confiere una gran robustez — , estos dos pisos se configuran como el embasamiento del piso noble del edificio, al modo neoclásico.

En el centro está el portal, que lleva el número 140 de la Rua da Escola Politécnica y está flanqueado por dos estatuas adosadas que representan La Fuerza Moral y El Trabajo.

Las esculturas son obra de A. Calmels, profesor de la escultora duquesa D. Maria Luísa, y fueron concebidas a finales del siglo XIX.

En el centro del portal está el el escudo de la família Palmela.

Al entrar en el edificio a través de la entrada principal nos encontramos con un amplio vestíbulo con suelo de rombos de mármol negro, rosa y gris.

En la pared norte, frente a la entrada, destaca un pórtico formado por tres arcos de medio punto separados por pilastras que dividen el vestíbulo en dos zonas distintas aunque con una decoración homogénea.

Más allá de los arcos, en cuyo límite hay un peldaño, una galería baja alarga el espacio creando una zona más íntima a través de la cual se accede a la escalinata principal y a las zonas de servicio.

Los vanos de los arcos laterales son ocupados por dos esculturas que representan El Dolor y La Maternidad, y se encuentran en pedestales giratorios de mármol gris con manubrios de bronce. Las esculturas, obra de A. Calmels, han sido encargadas por la tercera duquesa de Palmela, por la muerte de su único hijo varón.

Al entrar en el edificio a través de la entrada principal nos encontramos con un amplio vestíbulo con suelo de rombos de mármol negro, rosa y gris.

En la pared norte, frente a la entrada, destaca un pórtico formado por tres arcos de medio punto separados por pilastras que dividen el vestíbulo en dos zonas distintas aunque con una decoración homogénea.

Más allá de los arcos, en cuyo límite hay un peldaño, una galería baja alarga el espacio creando una zona más íntima a través de la cual se accede a la escalinata principal y a las zonas de servicio.

Los vanos de los arcos laterales son ocupados por dos esculturas que representan El Dolor y La Maternidad, y se encuentran en pedestales giratorios de mármol gris con manubrios de bronce. Las esculturas, obra de A. Calmels, han sido encargadas por la tercera duquesa de Palmela, por la muerte de su único hijo varón.

En la escalinata, los descansillos de mármol negro, rosa, gris y blanco, forman rosáceas que contrastan con los tramos de peldaños. La alternancia de la madera con el mármol, en principio perturbadora, logra ofrecer una nota de variedad y de humor.

En la parte superior de la escalinata se encuentra un descansillo, que forma una galería y une las alas este y oeste. Dos vestíbulos, en los extremos de este descansillo, comunican con las escaleras, a ambos lados, que conducen a los pisos superiores, y con dos pasillos de orientación norte-sur, que unen la parte frontal y trasera del edificio. 

El despacho del procurador general de la República se corresponde con las tres ventanas del balcón del piso noble y a él se accede por el vestíbulo del ala este. El techo es particularmente interesante, ostenta un medallón central pintado al óleo y los demás adornos al temple, con reservas enmarcadas por molduras doradas. Las paredes, antes recubiertas de seda — casi con seguridad —, presentan una decoración sencilla y sin pretensiones, y aunque no tenga la calidad del techo, no altera sustancialmente el conjunto.

El tema del medallón central, extraído de la Eneida: la diosa Juno, protectora de Cartago, persuade a Eolo para que suelte los vientos, mientras que Eneas y sus compañeros se encuentran en la costa de Sicilia, rumbo a la ciudad. En segundo plano se ve el carro y el pavo real de Juno. Abajo, en el horizonte, una pequeña vela señala la nave de Eneas. Dos reservas encuadran el medallón oval y completan el rectángulo, que contiene grifos y flores. En el cimacio, los motivos florales, idénticos, se alternan con pequeñas reservas de fondo de color sangre de buey, de influencia pompeyana, donde se representan putti jugando.

Siguiendo la secuencia a la izquierda, se encuentra el salón de baile, actualmente sala de visitas, que ocupa todo el ángulo sureste del edificio. Es un salón amplio con un hermoso suelo de marquetería, totalmente decorado con semifresco y tempera.

Le sigue la sala denominada «francesa», cuya ornamentación se limita al techo — quizás las paredes estuvieron recubiertas de tejidos  y pertenece a un período posterior.

La actual ornamentación data de mediados del siglo XIX y está constituida por relieves de estuco realzados con pan de oro y molduras de grandes dimensiones con representación de rosas.

En el centro, un medallón oval, pintado al óleo, representa a Marte, Venus y Cupido, un tema del Renacimiento con particular reconocimiento en el siglo XVIII francés. Marte arrodillado frente a Venus, en presencia de Cupido, mientras un pequeño amor juega con su escudo. Dos palomas — atributos de Venus — se alejan volando. Esta alegoría representa la divisa Omnia vincit amor, que simboliza la victoria del amor sobre la discordia.

En el ángulo nordeste del edificio se ubica una sala muy pequeña conocida como la «sala china».

Es un pequeño gabinete, de techo plano y rebajado, totalmente pintado en trompe-l’oeil. La decoración simula un cenador de estilo chino construido en filigrana de madera o de hierro, con cortinas formando una tienda y cobertura de tipo parasol.

En las esquinas del techo, jarrones de porcelana azul y blanca con flores — igualmente ilusorios — añaden una nota de humor. Esta es, sin duda, la sala más original del Palacio.

Las «cortinas», de tono crema, presentan chinoiseries inspiradas en los dibujos de Pillement.

Siguiendo la secuencia, nos encontramos en el antiguo salón comedor, donde ahora se realizan sesiones. Este es el salón más grande del Palacio, dada la existencia de un arco que prolonga el espacio con una antecâmara.

La decoración utiliza varias técnicas: relieves de estuco, pintura en pan de oro y pintura al óleo. En las paredes, reservas separadas por pilastras en relieve con follaje de roble y rodeadas por molduras doradas integran, sobre el fondo azul, orlas pintadas en sepia sobre pan de oro, representando parras.

En el centro del techo se encuentra el medallón que representa el abrazo de Céfiro — el viento del oeste — y Cloris (Flora), dando lugar a la llegada de la primavera. Pequeños cupidos alados esparcen flores en todas las direcciones. El tema fue extraído de las obras de Lucrécio (De Rerum Natura) y de Ovidio (Fasti).

En las cuatro esquinas se presentan pequeñas reservas circulares, también pintadas al óleo, que representan cupidos jugando.

Las puertas son de tres hojas, cubiertas por paños pintados al óleo, de notable calidad, con representaciones de putti jugando con frutas, flores, peces, caza, etc., que hacen referencia a la función original de este espacio.

Dos puertas llevan a la denominada «sala Pillement», que ocupa el ángulo noroeste del edificio, presenta una interesante decoración inspirada en el trabajo de este pintor, totalmente realizada en pintura al fresco y semi-fresco.

La pintura simula un armazón o tienda, sustentado por columnas apoyadas en un antepecho, cuyas cortinas, que se abren en tres partes, dejan adivinar paisajes campestres. Estos paisajes realizados al fresco pertenecen, probablemente, a una época anterior al resto de la composición, ejecutado siguiendo otra técnica.

A través del vestíbulo se accede a un antiguo vestidor, equipado con armarios empotrados, que hoy funciona como antecámara de una de las salas más interesantes del palacio.

Se trata de un pequeño gabinete, denominado «sala de las rosas», que ocupa el ángulo suroeste del edificio, enteramente decorado al semifresco, a excepción del medallón del techo que es al óleo.

La pintura, de gran calidad, ya sea por el diseño o por la realización, crea un ambiente particularmente armonioso en el que predominan los tonos pastel. La decoración de las paredes está formada por reservas que contienen flores, sobre todo rosas.

En el techo, el medallón central representa a Venus y Cupido sujetando ramos de rosas — la flor manchada por la diosa con su propia sangre al intentar socorrer a Adonis, moribundo — cuyas espinas simbolizan las penas de amor. El medallón está rodeado por seis reservas con motivos florales.

La última sala de este piso es actualmente el despacho del viceprocurador general de la República; su decoración es exclusivamente de estuco en el techo y paredes lisas claramente similares a las de la sala francesa, probablemente de la misma época. 

Las tonalidades utilizadas son el verde agua, el arena y el blanco.

En la antigua capilla — destruida en el incendio que el palacio sufrió en 1980 — se instaló una sala de conferencias que, por su decoración de estuco marmoleado, sugiere la antigua función de este espacio. En la pared donde antes estaba el altar se encuentra actualmente un panel decorativo que representa ruinas, un trompe-l’oeil, que simboliza la destrucción y la apertura de nuevas perspectivas.

Desde el 8 de julio del 2009, hay patente una galería de fotos de los Procuradores Generales.

 

 

 

 

TextoProcuradoria-Geral da República - Palácio Palmela, Lisboa, Procuradoria-Geral da República, 2.ª edición, 2007, páginas 173-186

Fotos: José Fernandes

El Palacio Palmela («Palácio Palmela»), donde desde 1982 se encuentra instalada la Procuraduría General de la República, está clasificado como inmueble de interés público [Orden ministerial 1037/2006 (2.ª serie), de 21 de junio de 2006].